Evasión...

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¿Será por siempre el Rock un marginal en Chile?

domingo, 12 de febrero de 2012

Adiós Flaco (1950-2012)

Hubo un tiempo en que la radio Carolina era de auténtico lujo, aquellos años en que el reggaeton aún no envenenaba ni su emisora ni nuestros oídos. Fue en una de esas tardes de mi infancia cuando oí un hard rock empapado de contagiosos fraseos de guitarra y una clara y enérgica voz. Era extraordinario, la pieza podía sacudir cualquier oído y era perfecta para agitar las greñas (si no hubiera sido por mi pelo corto). Y aunque a algunos les parezca increíble...las líricas eran en castellano, con un acento que se delató al gritar "Vos Bailabas y Decias Shake It, Shave It, Shake It, Shake It Baby". Cómo no, era un argentino tras esa maravilla. Como si no les bastara con Charly García, Fito Páez y Miguel Mateos, creo que pensé...

Sencillamente genial. Debieron pasar años y varios riffs por mi cabeza para saber quién era el dueño de esa inmejorable creación. "¿Te Acordás del Flaco Spinetta?", decían los Enanitos Verdes en una de sus tantas cantatas para la fogata. Sé que no seré el único que seguirá acordándose de él...

El Padre del Rock argentino (cetro compartido con el gran Charly) partió a la eternidad el pasado 8 de febrero, dejando como legado no sólo una infinidad de creaciones de indiscutida calidad y belleza, sino también la inspiración que ha sido motor de más de la mitad del cancionero popular argentino.  

Varios tal vez me odien por las líneas que siguen: el rock de mi país hace tiempo que no me da las alegrías que en los ochenta y los noventa supo inyectar a través de Los Prisioneros, Tumulto, Aparato Raro y Los Tres, entre un largo etcétera. Y no pocas bandas chilenas de hoy, que se consideran progresivas y transgresoras instrumentalmente hablando, hacen lo mismo que Luis Alberto hizo hace más de treinta años junto a Pescado Rabioso, con letras reiterativas y huecas que a estas alturas no son atribuibles al yugo político de Pinochet (¿acaso Jorge González o Igor Rodríguez vieron su creatividad lírica estropeada por cosa del dictador?). Consideren esto claramente como una opinión nada más, y muy personal. 

Y es aquí donde quien escribe estas líneas desearía que el Flaco hubiera venido a Chile con mayor frecuencia, para refrescar la escena local y darnos cuenta que, fuera de esta franja angosta de tierra, hay muchas más cosas además de una Lady Gaga o un Bruno Mars. De igual manera, nos premió con dos conciertos de lujo hace algunos meses. De haber sabido que era su última visita, habría interrumpido temporalmente la sesión de grabación que me comprometía y no habría dudado en asistir, pero, como se dice en estos casos, es inútil llorar sobre la leche derramada...

Da gusto saber, empero, que sus colegas y amigos que hoy lo lloran, como León Gieco, Charly García o Valeria Lynch, entre muchos otros, le han acompañado desde siempre y sus gestos de dolor y condolencias hacia sus cuatro hijos son creíbles, lejos de las muestras de oportunismo y o agradecimiento tardío que se han visto en la partida de otros grandes, como Michael Jackson en 2009 o nuestro Nino García en 1998. Un genio que fue desde siempre querido y valorado en la Argentina, país siempre consciente de que esos talentos no se vuelven a encontrar.

Simplemente espero que un día Luis Alberto regrese y nos vuelva a dar otra clase magistral de música. Esperaremos hasta entonces.