Evasión...

Evasión...
¿Será por siempre el Rock un marginal en Chile?

viernes, 20 de octubre de 2017

Política y socio-economía: Kast, el candidato útil



Como más o menos dijo hace algunos años el músico argentino Gustavo Cerati, "cuando un músico opina públicamente de política, su profesión de músico deja de ser tal". Tal vez tenga algo de razón, pero como chileno que soy, y estando a la espera de las próximas elecciones presidenciales (que nuevamente se anuncian reñidas y con una seria posibilidad de balotaje, como ya es tendencia desde 1999), me permitiré dedicar unas líneas a un candidato que gusta de desatar pasiones, ya sea por capricho infantil o derechamente por despotismo animal.

José Antonio Kast (Santiago de Chile, 1966), de profesión abogado y diputado ex UDI, es un hombre que en televisión luce un aspecto elegante y distinguido, ferviente católico y además, tenaz defensor del legado de la dictadura de Pinochet y sus secuaces. Se reconoce contrario al aborto y a la unión de parejas homosexuales, partidario del porte y uso de armas de fuego como defensa ante la delincuencia,  y defensor de la actual y controvertida Ley de Pesca y simpatizante de los llamados "colegios emblemáticos", entre otras facetas que lo definen como candidato representante de una reducida élite.

Tal vez estas características podrían constituir, a priori, una poco afortunada tarjeta de presentación ante un Chile que apenas comienza a curarse de las heridas - a las cuales se aplica una pizca de sal cada vez que se avecinan los sufragios - que dejó la dictadura militar, amén del creciente desencanto de la población para con la clase política. Pero, de un modo similar al usado por Donald Trump en las últimas elecciones en los EEUU, Kast se ha convertido en ese derechista conservador y directo que saca ronchas sin dejar espacio a la indiferencia, gracias a su lenguaje sin tibiezas ni concesiones (aunque sin la vulgaridad ni las descalificaciones de Trump), anunciando cambios drásticos - como la derogación de la recientemente promulgada Ley de Aborto en Tres Causales - y medidas preferenciales para los reclusos por causas de Derechos Humanos acontecidas en la era de Pinochet en un eventual gobierno suyo.

Así, incluso militantes históricos de la UDI, como Hernán Larraín (ex presidente del partido), han manifestado preocupación por la irrupción de Kast, temerosos de las dificultades que podría acarrear a la campaña del repostulado Sebastián Piñera (RN), ya que, si bien Kast está lejos de lograr una mayoría (aunque sea parcial), sí ha logrado cautivar la intención de voto militar, que siempre ha interesado a la UDI por motivos históricamente conocidos por todos.

En opinión de este "pobre mestizo", como tal vez piense el protagonista de esta columna (hijo de inmigrantes alemanes), la UDI y sus seguidores de quien escribe estas líneas, la persona de Kast no debería suponer preocupación alguna a la Derecha ni a cualquier forma de control hegemónico en nuestra sociedad. Esto porque Kast, de ser electo, no planea hacer mayores cambios desde el aspecto socio-económico, ya que, entre otras cosas, no piensa modificar la Ley de Pesca, favoreciendo, como es costumbre de nuestra clase política actual, al Gran Empresariado y las firmas extranjeras; tampoco considera necesario mejorar la educación, ya que no quiere que los colegios emblemáticos pierdan su condición de tales, logrando así, de paso, conservar las estructuras de poder mediante la partidización y la segregación, ¿por qué esto? Porque hoy es sabido que la temprana militancia partidista inculcada en colegios tradicionales como el Instituto Nacional o el Liceo N°1 es además una útil herramienta de adoctrinamiento político, siendo que esto se contrapone a la Constitución de 1980 que ninguna coalición política se ha jugado por modificar. Por otro lado, Kast anuncia la derogación de la Ley de Aborto en Tres Causales arguyendo el "Derecho a la Vida" (retrocediendo severamente como nación, pero también favoreciendo indirectamente un eventual reciclaje de una lucha que hoy la Presidenta Bachelet y sus seguidores ven como un gran triunfo de su gestión); y finalmente, promete otra vez polarizar ideológicamente al país con propuestas tan provocadoras como antojadizas (y hasta contraproducentes), tal como la remoción de la estatua de Salvador Allende y todo monumento referido a la UP para evitar la "idealización de ciertas figuras históricas que dividen", según sus propias y contradictorias palabras.

Todo esto sin mencionar su actitud abiertamente discriminatoria para con las minorías sexuales, como aquella vez que cuestionó a Joaquín Lavín por izar una bandera arcoiris  al frente de la Municipalidad de Las Condes, en un gesto de integración para con la Comunidad LGBT. Puesto que también fui católico alguna vez en mi vida ( incluso pasando por una breve época de simpatía por la vida eclesiástica durante mi adolescencia), me permito reprochar a Kast esta conducta, ya que, si a juicio de Kast la homosexualidad es pecado, personalmente le invitaría a revisar su "Santa Biblia (no sólo sirve para golpearse el pecho)" y leer Lucas 5:31, donde Jesús indica "Los que están sanos no necesitan médico, sino los enfermos, asimismo, no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores".  Digo esto no porque la homosexualidad me parezca un pecado, sino porque el mismo líder y referente del catolicismo, Jesús, no discriminaba. Y es el líder quien da el ejemplo. Y paradojalmente, fue el propio Kast quien invocó la Ley Zamudio ante la decisión de Bárbara Figueroa (Presidenta de la CUT y militante del PC) de no reunirse con él para buscar propuestas favorables a los trabajadores, por considerar a Kast no receptivo para con sus demandas debido a la coalición que éste representa.

El perfil de este candidato es útil tanto para la Derecha misma como para el propio Piñera, e incluso para la Izquierda y la Centro Izquierda, ya que con este fundamentalismo y segregacionismo (esto último tal vez alimentado por ese aire de superioridad tan propio de los integrantes de la UDI, como el propio Jaime Guzmán Errázuriz) Kast logra resucitar fantasmas que quizás creíamos olvidados, consiguiendo que algún receptor de su mensaje eventualmente recupere forzosamente la fe en la política y sus hoy desteñidos colores, reafirmando el clásico, fácil, y en estos casos, tan útil prejuicio popular de que los ricos son los villanos/opresores y los pobres, los buenos/víctimas/héroes. 

Pero todos sabemos que la política es sucia, por lo que no sería descabellado suponer también que Kast bien puede ser un títere animado por la propia Derecha Piñerista, con el fin de que los electores vean a Kast como una figura extremista y peligrosa, convirtiendo a Piñera en una alternativa más moderada y de "Centro" de lo que estamos acostumbrados a percibir, afectando, en consecuencia y en favor del ex Presidente, la intención de voto de los ciudadanos.

Gracias, no lo intenten en sus casas.

Isaac Taladriz.-





sábado, 26 de agosto de 2017

Carta abierta a Benjamín Mackenna (Líder de Los Huasos Quincheros):

Estimado Señor Mackenna:
Quien escribe estas líneas no es su particular admirador, pero tampoco un detractor de su obra ni menos de su persona, aunque no seamos afines en lo referido a política. Como chileno, músico, melómano y compositor de canciones que soy, reconozco el aporte suyo y de su conjunto a nuestra cultura e identidad chilena, por lo que redacto esta carta abierta remitiéndome exclusivamente al artículo publicado por La Tercera en su edición del Sábado 26 de Agosto de 2017, donde usted revela información de su historia personal y vierte sus opiniones acerca del panorama socio-cultural chileno.
Primero, sus juicios sobre la obra de Víctor Jara me parecen, por decir lo menos, antojadizos. Tal vez los aspectos técnicos y/o ejecutorios acerca de un artista o una pieza musical puedan medirse de forma efectivamente comprobable empíricamente, por lo tanto, si usted considera a Víctor Jara un cantante "regular", como usted literalmente lo indica, puede esta ser una opinión fundamentada y demostrable, pero eso de determinar que en el repertorio de Jara "te vas a encontrar con tres o cuatro canciones valiosas", como usted dijo, es arrogante y veleidoso de su parte, simplemente porque, ¿quién es usted para determinar qué obra artístico-musical es o no es trascendente?
Segundo, acerca de la "invasión de música extranjera" y su interés en reivindicar lo propio y tradicionalmente chileno, estoy plenamente de acuerdo en que hemos perdido ciertas manifestaciones culturales, como también me declaro en contra de los anglisismos innecesarios tan propios del esnobismo del chileno medio, subordinado a culturas consideradas (absurda e injustificadamente) "superiores"; pero eso de decir que la música andina no es chilena es derechamente ridículo, ¿acaso zonas del altiplano, como Antofagasta, Iquique y Atacama entre otras, no son efectivamente chilenas? Tal vez algunos arguyan que dichas zonas son originalmente peruanas y que hoy son consideradas chilenas sólo por las cláusulas del Tratado Limítrofe de 1904 firmado por Bolivia, Chile y Perú, pero estos tres pueblos tienen más cosas en común de las que algunos patriotas fanáticos en cada uno de estos tres países querrían admitir, ¿o acaso Illapu, uno de los mejores exponentes de nuestro folclore, no es un conjunto de música chilena? ¿Es tan pobre nuestra música, que sólo se restringe a la cueca y la tonada? ¿Qué pasa con la música chilota? ¿Qué hay de la saya, del huayno, del caporal? ¿La música de los mapuches o de la Isla de Pascua no merece un lugar en la cultura chilena?
Tercero: Estoy plenamente de acuerdo con que el rodeo es una actividad campestre tradicional chilena, pero al decir que es "el deporte del hombre de campo" está usted siendo demasiado generoso con esta etiqueta. Porque las "estrellas" que practican y defienden este deporte son dueños de fundo y terratenientes cuyo perfil dista bastante del "hombre de campo" auténtico, que trabaja la tierra, cuida y limpia las caballerizas, lecha las vacas o las cabras y ayuda en los alumbramientos de las nuevas crías de las reces, entre otras actividades. Y por lo demás, el hecho de ser una tradición con años y años de ejercicio no quiere decir que sea "buena" desde el punto de vista ético y moral, porque, para mí al menos, no es grato ver a un animal siendo aporreado, maltratado y herido por el simple placer morboso de un grupo de cavernícolas retrógrados que, ante la evidente falta de sensibilidad de demuestran, probablemente repitan ese comportamiento en sus fundos para con sus peones.
Aunque dudo que usted lea esto, reitero el respeto que le profeso como persona que es, pero lamentablemente no puedo dejar de cuestionar estos planteamientos ya que creo en el poder del arte para llamarnos, como raza humana, a defender causas justas, y la suya, con esta trastienda que usted deja entrever, no me parece tal.
He dicho.
Atentamente,
Isaac Taladriz
PD: Gracias a quienes sí leyeron, Y NO LO INTENTEN EN SUS CASAS.

jueves, 30 de marzo de 2017

MIS VIDEO CLIPS FAVORITOS

Hoy : Faithful, por Go West


De izquierda a derecha, Peter Cox (Vocalista) y Richard Drummie (Guitarra / Vocalista) de Go West
Fotografía tomada en 2015 
En los tiempos que corren, y con tanta competencia a nuestro alrededor, es necesario distinguirse a veces por algo más aparte de la música que creamos o interpretamos, y la imagen y los videoclips son fundamentales como herramienta. Existen canciones totalmente olvidables con video-clips tan bien logrados que disparan la popularidad de un artista, y existen también clips algo infortunados que destruyen obras sonoras excelentes. En esta nueva sección de este largamente abandonado blog, procuraré referirme a clips que además de contemplar una buena obra musical, sean dignos de la canción que acompañan.

Y haciendo memoria acerca de los clips que me han logrado emocionar, surge Faithfull  (1993), del dúo británico Go West.

Por aquella época de finales de los ochenta y comienzos de los noventa, hubo una buena parrillada de canciones del llamado "Blue- Eyed Soul" y la música adulto-contemporánea, de la mano de artistas generalmente británicos, como Steve Winwood, Mike and The Mechanics, Simply Red y Annie Lennox, entre otros. En medio de este boom, estaba también Go West, integrado por el cantante Peter Cox y el guitarrista y segundo vocalista Richard Drummie.

Eran un dúo melódico y pegadizo, con ricos arreglos instrumentales y una característica voz solista pastosa y expresiva, perfecta para cantar música negra (cuando uno escucha cualquier canción de Go West sin conocer al conjunto, lo más probable es que crea que el cantante es un hombre negro). No obstante, en Chile no se los conoce mayormente.

Faithful, escrita por los dos integrantes del conjunto con colaboración de Martin Page, fue segundo single de su cuarto disco de estudio, Indian Summer (1993), del cual ya habían sacado cuentas alegres gracias al adelanto King of Wishful Thinking (1990), que integró la abultada banda sonora de la ya clásica película Pretty Woman, de Garry Marshall (1990).

Quizá fue algo ensombrecida por su single antecesor, al no contar Faithful con una plataforma de difusión con tantas referencias en la cultura pop como sin duda lo fue la película protagonizada por Julia Roberts y Richard Gere. Faithful no es en Chile, que digamos, un clásico, como sí lo es en el Reino Unido y aún más en los Estados Unidos (junto a King of Wishful Thinking).

La canción tiene un intro de teclados en pianísimo, y la voz de Cox casi susurra unas palabras de consuelo para la amante que habrá de esperarlo un tiempo antes del anunciado reencuentro ( temática muy similar a Un Beso y Una Flor, de Nino Bravo). Los bronces y coros gospel, en un empaste muy distinto al sonido más económico de Go West en sus primeros álbumes, enriquecen exquisitamente el panorama, y el in crescendo, tras una efectiva y adecuada pausa, acaba en una notoria pero al mismo tiempo sutil modulación, magníficamente lograda.

La primera vez que escuché esta canción (y también la primera vez que vi el clip que comentaremos), fue en 2005, por el canal mexicano Telehit, donde disponían de un espacio para video clips "clásicos". Aparecían acreditados erróneamente como una banda australiana.

El clip no cuenta tal vez con un montaje narrativo fiel a alguna historia o hilo conductor. Acá el video va en virtud de la música (y no viceversa, como muchos clips de hoy), mediante una buena pero no fanática rítmica visual, y ninguno de sus cuadros escatima en belleza y expresividad, alternado tomas del dúo a contraluz frente al crepúsculo, como también tocando con la banda de acompañamiento completa, y a ratos, Cox y Drummie abrazando o coqueteando con guapas mestizas. A través de una dirección de fotografía cargada de colores vivos y cálidos, amén de una textura a veces aterciopelada, la canción cobra vida de manera que es casi imposible separar las imágenes de la canción como tal. El vestuario de Cox y Drummie pasea entre lo elegante y lo casual, con colores igualmente vivos en sus chaquetas, combinados con los más vistosos peinados para el adulto joven de la primera mitad de los noventa.

En resumen, ver este video entonces fue para mí una excelente primera experiencia con una banda tal vez no tan conocida en Chile como merece, pero de la cual vale la pena escuchar, al menos, sus sencillos más radiados. Les invito, pues, a ponerle "play" al video que cierra este artículo.




Suyo afectísimo,
El Melómano Isaac Taladriz

jueves, 6 de marzo de 2014

DE LA APROBACIÓN POPULAR Y LA GATA FLORA

Cada vez que Piñera reduce su figuración mediática, su aprobación en las encuestas parece subir. Esta vez, y ad portas del cierre de su gestión (tan cuestionada como admirada, dependiendo del ojo analítico), ADIMARK fija su aprobación en un 50%, en tanto que su rechazo correspondería a un 36%.

Las encuestas son la nueva debilidad tanto del pueblo como de sus gobernantes. Hoy todo se mueve en torno a la aprobación mediática. Si Chile fuera una comunidad de Facebook, esta viviría en constantes luchas por determinar cuál "Administrador" obtiene más "Me Gusta" en sus fotos de perfil y sus estados, mientras los contenidos de la Comunidad estarían en un injusto segundo o tercer plano.

Y a fe mía, la "simpatía popular" es lo último a lo que deberíamos prestar atención. La gente es fanática de exigir acciones en vez de palabras y sonrisas fáciles, pero siempre la intención de voto tiene un origen visceral, y es comprada con una buena oratoria, ingenioso humor, carisma o incluso belleza. En resumen, por el factor comunicacional.

Y aquí es donde comienzo a hacer historia (si usted no quiere hacer memoria o prefiere leer la columna de farándula, nadie le obliga a seguir leyendo), para probar mis postulados:

En 1990, Patricio Aylwin Azócar asumió la presidencia de la nación, con una prolongada trayectoria política que generaba esperanzas de cambio a una apreciable mayoría. Pero al mismo tiempo, su antaño reconocida oposición a la Unidad Popular y su débil promesa de "hacer justicia en la medida de lo posible" frente a los atropellos de la era del dictador Pinochet, desencadenaron un paulatino descontento.

Al acabar su gobierno en 1994, Eduardo Frei Ruiz-Tagle llegó a La Moneda como su sucesor, apoyado por el recuerdo de su fallecido padre, el ex presidente Eduardo Frei Montalva, abogado, y en su momento, el único líder opositor a Pinochet no identificado con la extrema izquierda. Por lo tanto, Frei gobernó (sufriendo las continuas comparaciones) a la sombra de un personaje, para muchos, difícil de olvidar. Y quienes conocieron al padre (asesinado por la DINA en 1982 en la Clínica Santa María), se quejaban de cómo el hijo palidecía en sus discursos ante la tremenda capacidad oratoria mostrada por Frei Montalva en vida. Ante esto, el pueblo prestó atención, y la contienda presidencial posterior, esta vez entre Ricardo Lagos Escobar y Joaquín Lavín Infante acabó en 2000 con el triunfo del ex Ministro de O.O.P.P, entre otras cosas, porque "hablaba tan bonito".

Pero Lagos se sobreestimó, y poco a poco descuidó su imagen sólidamente posicionada (entre otras cosas, por ser uno de los pocos que encaró a Pinochet mediáticamente y apuntarlo con su célebre gesto del dedo índice). Los continuos alardes de su autoridad (como aquella ocasión en que un ciudadano disconforme lo increpó durante uno de sus discursos, a lo que Lagos respondió "al Presidente nadie lo hace callar"), acabaron por enemistarlo con varios de sus más cercanos colaboradores, entre ellos, su amigo personal, el ex senador Carlos Ominami, quien cuestionó su "presidencialismo exacerbado". Esta actitud, que varios electores tildaron de "soberbia", fue una de las que gatillaron el descubrimiento de Michelle Bachelet Jeria, cuyo porte humilde y cercano para con la gente despertó numerosas simpatías y culminó con su elección como la primera presidenta de sexo femenino en la historia de Chile.

La doctora Bachelet (hija de un militar asesinado por la dictadura de Pinochet), que carecía de la capacidad oratoria de Lagos, tomó, a cambio y quizá para compensar, un discurso verbal más simple y directo (aunque no exento de frases hechas, como el archiconocido "proyecto paí ' "), acompañado de su ya citada calidez en el trato y su sonrisa imborrable. A esto se sumaba la conocida y estrecha relación de su entorno familiar con el Éjercito de Chile, lo que la hacía una perfecta "embajadora" o mediadora entre civiles y FFAA. Pero esa misma actitud afable ante momentos clave durante su gestión (como el "Paro Pingüino") generó molestias entre quienes consideraron a la doctora débil de carácter y sin la resolución de su antecesor (nuevamente, Lagos).

Y claro, Sebastián Piñera Echeñique no quiso ser menos que Bachelet, y para mostrar cercanía hacia el chileno común, ha acuñado a lo largo de su período nuevas formas de integración por medio de la comunicación verbal, con frases como "amigas y amigos" y consignas de aliento como "arriba los corazones", y llegó a gestos que muchos consideraron que rozaban lo patético y lo alejaban demasiado de la imagen de un "verdadero" presidente.

Ante el panorama de los próximos días, ¿qué sorpresas traerá para la opinión pública este retorno de Bachelet?

En resumen, mi teoría es que el próximo presidente, para contar con una adecuada aprobación popular en este país amante de las encuestas, deberá reunir las siguientes características:

- Una prolongada trayectoria política, es decir, experiencia, pero que tampoco sea una cara repetida, por lo tanto que al mismo tiempo sea joven (sin comentarios...), como muestra de la alternancia del poder;

- Gran capacidad oratoria, pero sin llegar a ser latero ni que tampoco engañe mediante su labia. Y también para que los más incultos entiendan los discursos;

- Temple decidido y consciente de su posición de autoridad (pero cuidado, que después lo andan tildando de megalomaníaco, imagen a veces alimentada por el chaqueteo del típico chileno);

- La belleza de Camila Vallejo (tampoco tanto, no nos traten después de machistas o frívolos).

- Apertura valórica ante temas como la anticoncepción y la despenalización de la marihuana (no tanta tampoco, porque los mismos llorones que alegan por las restricciones a la libertad individual después rezongan que el sexo y la droga son el opio que los dueños del país dan a las masas para que estas no se organicen contra ellos...claro que esta apertura valórica perfectamente puede obedecer al entorno del momento).

- Y un larguísimo etcétera...

Les paso un aviso de utilidad pública, crédulos: EL CARISMA ES ALGO QUE SIRVE SÓLO DURANTE LA ÉPOCA DE ELECCIONES Y PARA LAS ENCUESTAS CEP Y ADIMARK. No para resolver problemas como la centralización, la delincuencia y la eliminación del impuesto específico a las bencinas, entre otras asignaturas pendientes de varios gobiernos atrás. Y si nos ponemos más extremos, recordemos que el Führer Adolf Hitler fue un líder carismático como pocos, y con una capacidad oratoria inigualable, pero eso no significó que dejara de protagonizar uno de los episodios más dolorosos y vergonzosos de la historia de la Humanidad.

En resumen, Y EN MI OPINIÓN, CHILE NO SABE QUÉ TIPO DE GOBERNANTE QUIERE.

Es como la gata Flora.

He dicho.

Suyo Afectísimo,
Isaac Taladriz.-

lunes, 19 de agosto de 2013

Impresiones de un gitano alrededor del mundo

Terminal

Terminal Santiago Sur, Santiago de Chile, Agosto de 2013
Desde que yo era niño, la experiencia de viajar ha tenido para mí una mística única, purificadora y revitalizadora.

Casi romántica.

Viajar a donde sea, siempre trae de la mano numerosas emociones, principalmente, una excitación ante la prometedora aventura que te espera en el lugar de destino de tu visita.
Pero esta vez, en lugar de referirme a algún destino en especial, me referiré simplemente al lugar desde donde se inicia el recorrido, esto es, el terminal de buses o trenes (si el viaje es más corto), el aeropuerto (si acaso es largo) o el puerto (si acaso quieres disfrutar del mar al cruzarlo).

Cada uno tiene sus diferencias, claramente. El primero no tiene el agobiante circuito de seguridad del segundo, y el tercero ofrece una vista de la que carecen los dos primeros. Pero si en algo compiten las tres opciones por igual, es el tremendo encanto de las expectativas que suponen para el viajero, o al menos, al que viaja por placer. La incertidumbre ante la aventura que te espera, el ambiente agitado y a veces festivo que nos rodea, todo antecedido por un gentío a veces sereno, a veces apurado y estresado, son parte de ese encanto. Los viajeros acarreando sus maletas con sus documentos en mano, si son requeridos para el destino en cuestión, o la cámara fotográfica inmortalizando la irrepetible experiencia, también lo son.

Aeropuerto Jorge Chávez, Lima, Perú, Julio de 2005
En fin, cada viaje supone una experiencia irrepetible.

Digo irrepetible porque, si bien algunos, felizmente por ellos, pueden hacer de su vida un viaje permanente si sus recursos lo permiten, cada viaje que hagamos, aún repitiendo la ruta y el destino, será distinto uno de otro. Anécdotas, compañeros de viaje, fortunas y percances, serán siempre irrepetibles todas juntas.

Y la espera en el terminal estará acompañada de mercantes de diversa índole, generalmente vendedores de maletas y recuerdos, comida al paso (quizá te tientes con una pequeña tortilla curicana o un helado por simple gusto), y numerosos kioskos. Pero también hay vendedores de buenos libros usados o discos para reproducir (si es que aún recuerdas el discman) en el viaje. Incluso a veces encuentras discos de artistas totalmente desconocidos en este rincón del globo, o libros de desconocidos autores jamás nombrados entre los best sellers. Y a precios razonables. A veces dan ganas de llevarlos todos, cuando la curiosidad por conocer a aquellos artistas y/o autores desconocidos se hace presente. En momentos como ese, te percatas de cuántas cosas simples te has privado de vivir...

Si miras a tu alrededor, a veces te emocionas con las tristes despedidas de aquellos que parten o te alegras con los esperanzadores reencuentros de aquellos que están llegando, si lo atestiguas en la sala de embarque o en los andenes. Las tiendas de recuerdos (o sourvenirs, para los jactanciosos cosmopolitas), a pesar de ser un simple concentrado de una cultura o pueblo, son una distracción maravillosa si sabes aprovechar cada momento.
Puerto de Estocolmo, Suecia, Agosto de 2010
La música ambiental que acompañe tu espera, reproducida desde algún altavoz, también puede suponer una suerte de simbólica banda sonora. Qué importa que no te guste la banda o intérprete, si ese viaje te excita, amarás la canción sea cual sea.
Hasta tiendas de instrumentos musicales puedes encontrar. Guitarras acústicas para los mochileros, instrumentos de percusión ligeros o alguno que otro instrumento de viento (flautas, zampoñas o armónicas diatónicas) que a veces, en mi caso al menos, te invitan a ser comprados por la sola compañía que supondrán en tu panorama una vez que llegues a tu destino, independientemente de la calidad de su fabricación.
Mercado Terminal Santiago Sur, Santiago de Chile, Agosto de 2013

Suena el altavoz llamando a los pasajeros a abordar el avión, el bus, el tren o el navío. Un nuevo mundo nos espera cargado de nuevos colores, aromas, sonidos, sabores y texturas. Te despides del terminal ansioso quizá. Arriba tal vez te espere una buena película, o una buena charla con tu compañero de asiento o litera. Cosas que tal vez afecten el resto de tu aventura. Pero eso es otra historia.

Viajar por placer es más que un simple alarde de poder adquisitivo, acumular tema de conversación para sentirse uno más interesante o coquetear con las aeromozas. Es, además, un agradable despertar, el descubrimiento de cuán enorme y hermoso es este mundo, y cuánto más nos queda por descubrir de él y de su gente.
Aeropuerto Internacional de Carrasco, Montevideo, Uruguay, Agosto de 2006

viernes, 19 de octubre de 2012

Mi interpretación personal del Rock en Chile



EXPECTATIVA

Cuando chico, las primeras bandas de hard rock anglo que escuché fueron Guns and Roses, Led Zeppelin, Scorpions, Whitesnake y Aerosmith entre otras, que consideraba increíbles por la energía que liberaban en sus canciones o en sus conciertos...y yo amaba esa energía, soñaba con hacer de mi día un prolongado ensayo o grabación en estudio con mi conjunto y grabar clips y posar durante horas en alguna sesión de fotos...y que un millonario empresario de la industria me pagara por eso.

Tarde en mi vida me percaté de que, si bien hacer esa música estaba casi al alcance de todos, lo único que no tenía en común con esos rockeros era lo que les rodeaba, es decir, esa fantasía visual hedonista y llena de lujos, pelo estilizado, ropa carísima y una imagen provocativa, contratos millonarios, conciertos en tremendos escenarios, autos vistosos, elegantes hoteles, mujeres hermosas y despampanantes, las drogas más caras y muchísimo whisky...

Quiero decir, sería muy entretenido si así fuera efectivamente la realidad de todos los músicos y amantes del rock en el mundo, y que hasta los envidio, por qué no decirlo, pero, como chileno, estoy rodeado de una realidad radicalmente diferente...

Estoy sumergido en una ciudad agresiva e individualista debido al sobrepoblamiento, culpa de la concentración económica de la que es víctima mi país por la poca astucia (¿o crueldad?) de los bloques empresariales que constituyen la hegemonía política en nuestro territorio. Claro que la culpa de esta creciente hostilidad capitalina, que se traduce en intolerancia, delincuencia y violencia en general, no es tan sólo de los bloques económicos o las facciones de poder ya citadas. La poca capacidad crítica de esta sociedad homogeneizante (acrecentada por culpa de los modelos de vida ilustrados en los medios de comunicación) nos ha llevado a una insensibilidad que ya no nos considera personas.


La imagen y el miedo al cuestionamiento del vulgo nos gobiernan...

Esta "presión social" y sus estereotipos nos tienen obligados a enajenarnos y transformarnos en seres humanos idénticos entre nosotros, sin derecho a manifestar nuestra propia identidad. Y yo comparto todas las frustraciones de las víctimas de esta cultura exitista y superficial, que copia todas las modas traídas de países que no nos ubican ni de nombre, y que mide su felicidad dependiendo del auto que poseamos en casa...y con esto cada vez nos alejamos más de nuestra condición humana, pasamos a ser simples entes andantes a los que pueden exprimir a capricho aquellos que, mediante alguna religión o alguna militancia política de cualquier color, ofrecen una ventana temporal de evasión, sacando provecho de lo lindo a base de nuestro descontento...


La solución, desde luego, es huir, renunciar a todo este entorno y seguir el ejemplo de los llamados ermitaños o aquellas comunidades que se retiran a las afueras o a un espacio rural, pero lamentablemente la mediocridad de la gente te castiga si así lo haces. Estamos tan acostumbrados a este estilo de vida cuadrado y predecible, que cuando vemos a algún grupo de personas que opta por seguir diferentes costumbres para su vida cotidiana y su esquema de familia, de inmediato la consideramos una secta o una manada de "raritos". Sin contar que el olvido en el que están sumidas las provincias no permite el desarrollo económico de todos los ciudadanos por igual, como dije anteriormente, así que olvídense de establecerse a orillas del mar o en una bella parcela de agrado en la VII Región...

¿Se dan cuenta de que estamos en una verdadera cárcel?
 

Y esa es la realidad en la que me encuentro tristemente, que odio con todo mi ser y de la que me desahogo a traves de mi guitarra y mis canciones...por eso elegí el rock a pesar de todo...

REALIDAD

Y creo que no soy el único que ama el rock y lo considera un modo de expresión natural, instintivo...sé que una buena parte de Chile en el fondo ama esta música, no pocas bandas han sabido desarrollarla de forma auténtica y sin interés en copiar ese imaginario del rockero triunfador y hedonista, ejemplo de esto son Arena Movediza, Tumulto o Los Jaivas, por nombrar a los más veteranos, esos que han visto una salida diferente a la cumbia y el canto nuevo, y se atrevieron a sacarle verdadero partido a una vieja guitarra. Yo elegí seguir el camino que pavimentaron esas bandas y pretendo continuar ese legado para saciar mi hambre por tener que esperar a que esas bandas de rock anglo se dignen a venir a Chile. Y por qué no, saciar también el hambre de los demás...

Y creo tambi
én que muchas bandas o solistas están aquí hoy por lo mismo que yo, porque queremos ser el oasis de aquellos que estan hartos de la falsa irreverencia del pachangueo y la llamada "canción con compromiso social", que hoy se han reinventado y optan por una imagen más transgresora y rebelde, y siguen siendo desde luego propuestas válidas (hay una canción para cada momento de la vida), pero siguen excluyendo a los que amamos las canciones estridentes y viscerales, los riffs y los alaridos (salidos del alma, no de la posería barata), y siguen siendo sólo eso mismo que como sociedad nos ha hecho tanto daño: imagen. Sin atreverse a tocar con ese carácter díscolo y rudo del que alardean a través de consignas románticas y progresistas sugeridas mediante frases o vestimentas, quizá también por miedo a la crítica de la masa cruel e intolerante...como siempre, y como chilenos, somos pura boca...

viernes, 31 de agosto de 2012

De la Cumbre del Rock Chileno y el jurel tipo salmón


En el pasado, tuvimos en Chile a las vedettes del Bim Bam Bum (soy muy joven para saber los nombres). Hoy, a Tatiana Merino, como en Argentina tuvieron a Moria Casán o Susana Giménez. La palabra "vedette" viene del francés, y significa "estrella del espectáculo", y alude a aquellas mujeres completas, que modelan, cantan, bailan y actúan, y están generalmente ligadas a los musicales, los cabarets, a la bohemia y a la vida nocturna, muy cargadas de glamour y acompañadas además de ingeniosos cómicos (como es el caso de nuestro Daniel Vilches, o, en representación de nuestros vecinos argentinos, José Luis Gioia), que a través de sus rutinas y chistes son los más agudos críticos de la política y la sociedad de su país, dándole a la presentación una cuota de profundidad y hasta un espacio para la reflexión.

También tuvimos modelos, como Cecilia Bolocco, nuestra única Miss Universo a la fecha, tal vez sólo comparable con la bella Carolina Parsons, modelo de carrera internacional. Hoy tenemos a Carolina de Moras y a Javiera Díaz de Valdés (esta última también actriz), o Patricio Laguna, en el caso de los hombres y para que no me tilden de machista. En Brasil, tienen a Adriana Lima y a Alessandra Ambrosio. "Modelo" se denomina a aquella persona que se expone como "referencia", y básicamente es una herramienta publicitaria, generalmente asociada a la difusión de propuestas de vestuario o cualquier otro producto anunciado en alguna plataforma de exhibición.

En Chile, consideramos alguna vez vedette a Blanquita Nieves, que (no es nada personal, señorita) si bien sí fue modelo, nunca se ha destacado como una mujer que además cante, actúe y baile a la vez con igual gracia en algún teatro. Asimismo, consideramos modelo a Vale Roth (con todo el respeto para ella y para su padre, al que admiro mucho profesionalmente hablando), siendo que ella, salvo esa campaña publicitaria de una conocida marca de hojas de afeitar, no trabaja en costura ni en publicidad al menos en la actualidad.

 Se viene la próxima Cumbre del Rock Chileno, ¿a qué quiero ir con esto? Pues, que en nuestro afán de contentarnos con poco en algunos aspectos socio-culturales, la música no escapa a esta situación de autocomplacencia o simple confusión de las cosas.


En el pasado surgieron en Chile bandas de rock, como Tumulto, Arena Movediza o Aguaturbia, entre otras, que hacían justicia a esa etiqueta, es decir, mostraban esos rasgos característicos del sonido rockero: guitarras demoledoras, pasión por los solos y los alaridos y cantos a voz en grito, y en ocasiones, con textos cargados de transgresión, sexo, crítica social o política. Y aún admitiendo que la raíz de ese sonido no era chilena, sino una ensalada de ritmos europeos, norteamericanos y africanos, entre otros, esas propuestas lograron de todas formas un sonido personal, el del Rock Chileno. Algunas felizmente perduran hasta hoy, con menos atención de la que merecen por parte de los medios, pero siendo justamente valoradas por aquellos que adoran ese sonido crudo y visceral.

Con el apagón cultural sufrido, entre otras cosas, por la dictadura de Pinochet, las propuestas surgidas durante esa era carecieron de referentes extranjeros, por lo que la personalización del sonido se profundizó, alejando a varias de ellas de la etiqueta de "banda de rock", como pasó con Los Prisioneros (aunque el propio Jorge González niega ser o sentirse rockero o fanático de él), Aparato Raro o Electrodomésticos, considerados rockeros por motivos más líricos que estrictamente musicales, pero igualmente respetados y admirados por la cultura popular chilena, incluyendo a su fiel servidor.

La escena de la época de transición estuvo empapada de muy buenas canciones  y sensibles guitarras salidas de la inspiración de Los Tres, Solar, La Dolce Vita, Ex o Venus, todas un poco más relacionadas con los riffs ásperos y los gritos desbocados que sus antecesores ochenteros.

Pero posteriormente, el término "Rock Chileno" se extendió demasiado, a mi juicio, y nuevos artistas son incluidos dentro de esta corriente, siendo sus exponentes más actuales Los Bunkers (con el beneficio de la duda para estos últimos), los retornados Saiko, y aquello que alguien llamó alguna vez 'Rock Orgánico', surgido de la mano de Camila Moreno (quien tal vez argüirá que la canción "es un ente libre y con vida propia que no requiere de etiquetas", etc. Pero esa es una historia aparte que debatiremos en otra oportunidad). Si hasta Manuel García ha llegado a ser considerado como músico de 'Rock tipo Cantautor' (?).

Y aquí es donde surge la interrogante, ¿alguna de estas bandas o solistas, toca efectivamente rock, basándonos en las características de ese género, descritas algunos párrafos arriba? Cierto, es contradictorio decir que el rock tiene algunas reglas (la actitud que esta música precisamente radica en la transgresión de las reglas, cualquiera sean estas), pero debemos tomar en cuenta que el instrumento insigne del rock es la guitarra, ¿y quién de estos artistas de la escena de hoy efectivamente ocupa y le saca partido a este maravilloso instrumento?

Si hasta el colombiano Juanes llegó a Chile tildado de rockero, ataviado de una hermosa Fender Telecaster,  ¿acaso hay alguna canción de él que se caracterice por algún riff demoledor o por alguna letra que remueva neuronas?

Bueno, de ese mismo modo en que cualquier mujer que se haga tema frecuente en los programas de farándula televisiva es denominada 'modelo' acá en Chile, también a cualquier banda musical con alineación que incluya guitara eléctrica, bajo y batería se la considera banda de Rock, tal como a esas tres muchachas españolas llamadas Ketchup se las llamó "cantaoras de flamenco" en el pasado, sólo por haber salido en publicidad con ropas típicas de la zona sur de España y a pesar de que la canción que las trajo a Chile no tiene nada de flamenco. Y qué decir de la mal llamada "bachata" que canta el tal Prince Royce y Aventura, cuando de ese género estas canciones no tienen más que algunos coqueteos, sin mayor semejanza a aquellas bachatas popularizadas, entre otros, por el gran Juan Luis Guerra ('Bachata Rosa', 'Quisiera Ser un Pez').

¿Somos poco cultos o simplemente poco exigentes? ¿O los dos?

Claro, los ya citados Prisioneros y Aparato Raro, como antes dijimos, son considerados rockeros más por sus textos  y por su actitud que por algún riff o solo de guitarra cargado de testosterona. Ellos criticaron a las autoridades políticas antes de que esto se hiciera moda y en tiempos donde efectivamente había que ser valiente para ello, con el riesgo evidente de morir fusilado por orden de ese 'Tatita' que no merece ser nombrado. Supongo, por lo tanto, que esto fue lo que dio luz verde a las otras bandas o solistas para que se pusieran esa etiqueta (sin merecerlo todas, claro está). Ahora, en relativa democracia, todos se admiran porque Manuel García (del cual nunca negaré el talento, en esto soy enfático) lee una carta destinada a Piñera, en un momento en que todos se sienten transgresores porque manifiestan su disgusto con la clase política mediante las redes sociales, toman un café en el Barrio Lastarria y visten de modo original. Si Los Prisioneros y Aparato Raro no necesitaron de esto y se atrevieron a más para ganarse el honor de ser citados como parte de la historia de nuestro Rock, doble mérito para nuestros Prisioneros y nuestro Aparato Raro: ser auténtico es la principal y mejor forma de ser un transgresor dentro de  una cultura y/o sociedad.

 Tal vez es cierto que las actuales propuestas están reinventando la estructura tradicional de estos géneros. Si existe el "jurel tipo salmón" y alguna vez un aspirante a la presidencia se autoproclamó "Bacheletista Aliancista", bien tal vez puedan existir en nuestra faja de tierra mezcolanzas como el 'Rock Orgánico', Rock tipo Cantautor', 'Rock con Raíces', 'Rock Intelectual' y cuánta pomada con la etiqueta de "Rock" exista...

Es valiente la propuesta de aquellos que eligen hacer música sin encasillarla en estilo alguno, libres de las ataduras propias de los géneros y la dictadura de los fanáticos, como nuestros queridos Jaivas (rockeros  progresivos reconocidos por todos aunque nunca hayan querido ostentar de dicho título). Siempre debemos tomar en cuenta que, cualquiera sea el camino que elijamos, habrá un precio por pagar...los más famosos rockeros son cuestionados hasta por sus propios admiradores si quieren probar algo nuevo en sus creaciones que resulte no muy coherente con la furia de los inicios. Por lo tanto, si se elige una etiqueta, lo más apropiado debe ser tomarla sólo para la canción, no para la propuesta en general. Vaya a saber uno la receta...

¿Le gusta el rock al chileno medio? En la experiencia del ex Prisionero Claudio Narea (el más rockero del trío sanmiguelino), no. Aún así, cuando bandas de Rock de la vieja escuela nos visitan, como Deep Purple,  Scorpions o Motley Crue, si estas no llenan estadios, al menos logran una concurrencia más que aceptable. Tal vez con estas visitas podamos llenar un poco ese vacío de sonido rockero de pura cepa del que quizá no pocos están sedientos...

¿Tendrán Tumulto y Arena Movediza su espacio en alguna Cumbre del Rock? Bueno, ellos mismos quizá hayan preferido estar afuera, fieles al bajo perfil que los caracteriza. 

A mí, personalmente, me encantaría que estuvieran allí. Me encanta el Rock. Pero no presumiré de tocarlo con el fin de aparentar la rudeza o rebeldía que me falta.