Evasión...

Evasión...
¿Será por siempre el Rock un marginal en Chile?

jueves, 26 de junio de 2008

No somos dueños más que de nuestra alma...

¿Qué sensación más extraña y enfermizamente excitante que la de contemplar aquello tan peligrosamente tentador y adictivo, sabiendo que jamás nos llegará a pertenecer?



¿Es lógico sentirse obsesionado por algo que sabemos que en el fondo no necesitamos y a pesar de todo no queremos dejar, y bramamos de impotencia al ver cómo se nos escurre de entre los dedos?
Tal como cualquier droga. No nos hace falta, pero una vez que lo probamos, es inútil tratar de dejarlo. Y no porque no podamos. Es que no queremos. O quizá es eso lo que no quiere abandonarnos.
Para aquellos que en cualquier aspecto de la pasión carnal han sentido esto, dedico las siguientes líneas. Que lo disfruten sin perder la razón...






Fantasía Errante
(Por Isaac Taladriz)

Cae la noche en tus hombros, y en los arrecifes esperas su paz
¡Bella sirena errante, nada te consuela como él!
Y en las olas, tan azules, estrellas coquetas se observan cual luz
¡Nada se le compara al sabor ansiado de la soledad!
Perlas y corales son testigos de tu obsesión...
Atrás has dejado poemas, cientos de historias a medio acabar

Y desde los arrecifes,
Bailas solamente para él
Te sorprende por la espalda el Viento del Norte con ferocidad
Te devora vorazmente, la sal de su perfume te embriagará
¡Bella sirena errante, bailas solamente para él!

Te retiras satisfecha, y quizás mañana regreses por más
¡Bella sirena errante, dama enamorada de un huracán!
Huracán que no soy yo...
 
Suyo Afectísimo,
Isaac Taladriz