Evasión...

Evasión...
¿Será por siempre el Rock un marginal en Chile?

martes, 29 de noviembre de 2011

A Queen y a Freddie

En mi infancia, la música más escuchada por mis padres era la española y la italiana. Desde luego salieron de esas escuchas íconos populares de otras nacionalidades, como Sandro, Los Iracundos, o nuestro gran Buddy Richard. Y yo por mi parte alucinaba con Los Prisioneros, con la recién recuperada democracia en Chile, y con Scorpions desde Alemania, con "Wind Of Change" como anzuelo, banda de la que hoy también soy fanático. Fue mi hermana Noelia la que me inició en otras bandas de habla inglesa, a través de su pasión por Depeche Mode, The Cure y David Bowie, entre otros. En medio de su abultada colección de cassettes ("How music changes through the years!"), de vez en cuando extraía y escuchaba una cinta original de 1981, con el nombre de Greatest Hits, cuyos autores eran cuatro británicos identificados como Queen. A los 13 años ya no pude resistirlo más, y me entregué de lleno a explorar la discografía y la vida de los autores de estas canciones.

Investigar la obra e historia de Freddie Mercury, Brian May, Roger Taylor y John Deacon, fue una experiencia emocionante. Me enamoré de sus canciones, construidas sobre armonías instrumentales y corales preciosistas y meticulosas, admiré la genialidad de su voz solista y vibré con sus sensibles y demoledoras guitarras. Y lamenté saber que su vocalista ya no estaba entre nosotros para esa época.

Y fue precisamente Innuendo, el álbum editado en 1991 por Queen, el último con Freddie en vida, el primer disco de estudio que me compré. Ese disco de épica despedida al genio y que sirvió de banda sonora para el surgimiento de la leyenda (ver nota relacionada en http://isaactaladriz.blogspot.com/2008/03/recomiendo-para-tus-odos.html ). Una banda que se despidió con una obra madura, con la voz de su fundador tal vez en su mejor momento, las guitarras de Brian más hermosas y expresivas que nunca, y las composiciones tal vez más perfectas que se hayan oído en la historia de la música popular, si es que la perfección existe. No en vano es considerado por muchos entendidos como una de sus joyas discográficas más sublimes, y según algunos historiadores del rock, el único sencillo de Queen que entró directamente en el número uno de los rankings británicos, gracias a su sencillo "Innuendo". Una hazaña que ni siquiera Bohemian Rhapsody (del álbum de 1975 "A Night At The Opera" ) había logrado, porque si bien este último estuvo nueve semanas en el primer lugar de las listas inglesas, su entrada inicial fue en el puesto 47.

Es que yo discrepo de la tesis que afirma que tan sólo Bohemian Rhapsody fue la canción que aseguró para siempre la permanencia de Queen en la historia. Queen es, a diferencia de muchas bandas, y en semejanza con escasos fenómenos como The Beatles, una banda que ha sabido poner varios éxitos en el inconsciente popular. Una banda que si bien no impuso ninguna nueva corriente en la escena musical de su tiempo, supo posicionarse apoyándose en su desbordante creatividad, su demostrada habilidad instrumental y la tremenda voz y presencia escénica de su talentoso vocalista. Esa voz que junto a la elegante técnica instrumental y característico sonido del guitarrista Brian May (quien construyó su propio instrumento junto a su padre) se constituyó en una suerte de huella dactilar del sonido del cuarteto británico. Como Plant y Page, de Led Zeppelin, como Tyler y Perry, de Aerosmith. Y todo esto sin desmerecer al baterista Roger Taylor (dueño además de una peculiar voz aguda y áspera, que podía hacer sonar aflautada con una agilidad asombrosa) y al bajista John Deacon: hablamos de uno de los pocos conjuntos donde todos sus integrantes son compositores, cada uno de ellos con al menos un primer lugar a su haber. Todo esto mezclando el Hard Rock, el Rock Progresivo, la Psicodelia, la power ballad, y en ocasiones, el funk, entre otros sonidos. Sin miedo a ser ellos mismos y sin preocuparse si acaso con alguna nueva creación o propuesta espantaban fanáticos, como ocurrió cuando la banda optó por cortarse el pelo (a excepción de Brian) y Freddie estrenó su bigote.

Y hace veinte años este grupo hizo su último alarde de estas fortalezas, con Innuendo como resultado. Y hace veinte años también, se despedía su cantante, con sólo 45 años de edad.

Es un 2011 sin duda cargado de efemérides para esta banda inglesa de exportación, y en particular, para su cantante. Sesenta y cinco años de su nacimiento, veinte años de su magnífico último disco editado en vida y veinte años de su partida a la inmortalidad.