Evasión...

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¿Será por siempre el Rock un marginal en Chile?

domingo, 23 de noviembre de 2008

Queen no necesita de Dios para salvarse

Comentario de Isaac Taladriz


Fueron las dos horas y media más cortas de mi vida. Salieron a escena a eso de las 21:15 hrs., con Brian May demoliendo San Carlos de Apoquindo con su hermosa Red Special y los riffs de "Hammer To Fall" y "Tie Your Mother Down".


Indudablemente sigue siendo uno de los máximos genios de la guitarra alrededor del mundo. Roger Taylor naturalmente hizo lo propio con las baquetas y su voz áspera y aguda. Y el cantante invitado, Paul Rodgers, digan lo que digan, estuvo genial. Su vozarrón, a veces oscuro, a veces cálido, está lejos de ser mediocre. No lo comparen con Freddie Mercury, que, querámoslo o no, falleció (obviamente se lo seguirá echando de menos), y nadie será como él. Paul tiene su propio currículum e identidad.
La poderosamente rockera "I Want It All" fue coreada, como todas las canciones, por todo el estadio. Hablando en castellano y disculpándose por su dificultad para hacerlo, Brian quedó solo en el escenario y rió de las palabras de un chileno que le enseñó de decir "¿Cómo está el hueveo?", con la misma modestia y buen humor que siempre le han caracterizado. Por la voz de Brian tampoco pasan los años. Cantó impecablemente "Love Of My Life", dedicándolo previamente a Freddie, con la costumbre de siempre de turnar el canto con el público, para hacer lo mismo con '39, siendo acompañado esta vez por Roger y los músicos de acompañamiento, haciendo entre todos hermosas armonías corales.
El solo de batería de Roger, además de la ejecución de un contrabajo eléctrico con sus baquetas, fue un verdadero show de variedades, y los solos de guitarra de Brian ("Brighton Rock" y "Last Horizon"), tal como hace 30 años, maravillosos.
Pero a pesar de mantener la mística y esencia musical de siempre, no se quedaron en el pasado, y no dudaron en mostrar varias piezas de su disco nuevo, The Cosmos Rocks, aunque según las palabras de Roger, no puede considerarse un álbum de Queen, sino la grabación de canciones compuestas e interpretadas por tres amigos músicos. Algunas muestras fueron "Say It's Not True" y "C-Lebrity", ya conocidas por varios. Tal vez fue efectivamente algo mal planificada la muestra de otros nuevos temas, que fueron unos cuatro y de corrido, sin alternar con algún clásico. Pero nada serio que justificara algunas pifias de unos pocos asistentes, que fueron calladas por otros. Nadie puede negar que los temas nuevos son más que soberbios.


Paul se lució además como versátil multi-instrumentista. Tocó guitarra acústica, armónica, y cantó el clásico "Bad Company", de su banda del mismo nombre, no muy conocido por los fanáticos de Queen en Chile, tocando el piano con verdadera emoción, siendo acompañado por bellas fotografías de los inicios de su carrera a comienzos de los setenta, donde veíamos a Paul con pantalones campana, pelo abundante y sin su característica barba.


La intervención digital de Freddie Mercury para cantar "Bijou", con Brian acompañándolo en vivo, así como "Bohemian Rhapsody", fueron quizá la parte más nostálgica del evento. No pocos soltaron lágrimas.
El resto ya lo conocen, seguramente. Se fueron del escenario unos minutos, para hacerse de rogar un poco y tocar, al regreso, el super éxito de Free (la disuelta primera banda de Paul Rodgers) "All Right Now".
"The Show Must Go On" fue quizá el himno más poderoso que alguna vez haya escuchado en algún concierto. Y el cierre, a cargo de "We Will Rock You", "We Are The Champions" y "God Save The Queen", nos hizo saber que si bien ya no son el mismo Queen de hasta hace poco más de quince años, sí son las mismas personas y las mismas super estrellas.
Un abrazo a Brian, Roger y Paul por visitarnos por fin. Gracias por darnos a todos un momento de alegría.

"Me gusta que la gente salga de un concierto de Queen contenta de haber pasado un buen momento. Creo que las canciones de Queen son simplemente un escape, como ver una buena película, y después de eso, irse y decir "Estuvo genial", y volver a todos sus problemas."
(Freddie Mercury, 1946-1991)
Suyo Afectísimo,
El aún incrédulo Isaac Taladriz

domingo, 2 de noviembre de 2008

La leyenda de Superman, a setenta años de su creación, treinta de su llegada al cine y cuatro de su fallecimiento

Siempre supe que era él. No recuerdo si la primera vez lo ví a él mismo, dibujado en los tebeos DC Comics que hasta hoy leo o bien caricaturizado en la serie "Los Superamigos". Sólo recuerdo que lo admiré desde esa primera vez. Y como muchos niños, quise ser él, aprender a volar y a derretir sólidos con mi mirada.

Bueno, él fue concebido en 1938 a manos del escritor Jerry Siegel y el dibujante Joseph Shuster en una historia incluida en el primer número de la serie Action Comics, donde se vaticinaba la llegada de una nave espacial que traería en su interior a un niño que una vez adulto se convertiría en una esperanza para la humanidad: La leyenda del Hombre del Mañana.
Y bastó esa primera publicación (tras varios rechazos de parte de otras editoriales) para que lentamente el héroe se fuese encumbrando hacia la categoría de mito.

Y el paso que faltaba lo dio la llegada del héroe en carne y hueso, en una excelente película dirigida por Richard Donner y estrenada en 1978, ocultando, tras el rodaje, su verdadera identidad de Clark Kent/Superman bajo la de un joven actor norteamericano llamado Christopher Reeve. Pero a pesar de su esfuerzo por ocultarse, a millones de niños no nos consiguió engañar: él era Superman, el único y verdadero.

Trató de disimularlo haciendo otras películas, algunas veces con notable éxito, pero ya era tarde, nunca logró escapar de su realidad. Dándose por descubierto finalmente, se entregó de lleno a su labor de proteger a los inocentes. Su misión le trajo incluso a Chile en 1987, en pleno apogeo de su entonces más reciente película, "Superman en busca de la paz", encabezando numerosas marchas en contra de una coalición de supervillanos denominados "La Junta de Gobierno", donde uniría fuerzas con otros superhéroes de la talla del músico Florcita Motuda, los actores Nissim Sharim y Delfina Guzmán, amenazados de muerte por pequeños subgrupos de villanos, entre ellos, el Comando 11 de Septiembre y la Dina. En conjunto, este puñado de superhéroes lideraría a los dieciocho grupos de héroes que más tarde formarían la llamada Concertación, que más tarde se vería corrompida, expulsando a muchos verdaderos héroes de la Legión y volviéndose muchos de sus integrantes, paulatinamente, villanos. Pero el Hombre de Acero se mantendría ajeno a este futuro, pues la misión terminó con éxito en 1988. Mas esto ya es otra historia.

Y, claro está, me emocioné con sus historietas. Lamenté mucho el no poder adquirir una en que se lo daba por muerto, en 1993, para resucitar en unos meses más. No sería derrotado jamás. Al menos eso creía. Dos años después, el héroe quedaba paralítico a raíz de un accidente sufrido durante una carrera de equitación. Y cómo no, si con su metro y noventa y tres centímentros de estatura ni Superman sale bien de una caída como tal.

Pero eso no le detendría. Se empeñó en volver a caminar. Formó otro grupo de superhéroes en las mismas condiciones, y fundó la Fundación Christopher Reeve Para la Parálisis. Escribió, con la ayuda de su esposa Dana (la verdadera Lois Lane) la autobiografía "Aún yo", y dirigiría en 1997 la película para televisión "In The Gloaming", con alto contenido humano. Y al año siguiente, a pesar de su estado, volvería a la actuación con una nueva versión de "La Ventana Indiscreta", esta vez para la televisión. Dirigió dos películas más, pero ninguna de las dos alcanzaría a ver estrenada. Un paro cardíaco se lo llevó nuevamente al cielo a fines de 2004, con sólo 52 años cronológicos, según la medida de la tierra. Su viuda Dana y sus tres hijos continuaron su labor fundando la Christopher & Dana Reeve Foundation. Pero la bella Dana jamás se recuperó de su pérdida. Dos años después, con sólo 44 años y aquejada de un cáncer, partió en busca de su esposo.

Él era Superman. El único y verdadero. George Reeves, Dean Cain, Tom Welling y Brandon Routh son sólo actores que con mayor o menor éxito han tratado de imitarlo. Hasta hoy me es conmovedor ver sus películas, y la última que ví fue "El Pueblo de los Malditos", de John Carpenter, rodada y estrenada en 1995 antes de su accidente, cinta donde no encarnaba al héroe que fue. El conflicto de la cinta era serio, y todo apuntaba a la pérdida de la batalla para los buenos. Y yo, en mi sillón, me decía "no importa, él va a hacer algo", olvidando que no estaba viendo una película se Superman. Pero no pudo permanecer sin descubrir su identidad por mucho tiempo. Salvó a su pueblo a costa de su propia vida, y todo eso sin ocupar sus poderes.



si quieren saber en qué están hoy los herederos del superhéroe más grande de todos los tiempos.

Gracias, Clark/Christopher por hacer creíble el slogan "Creerás que un hombre puede volar". Gracias por no haberte rendido nunca en tu voluntad de volver a andar. Gracias por haberme contagiado tu garra y empuje en cada misión. Gracias, Clark/Chris, por existir.


Suyo Afectísimo,

El Agradecido Isaac Taladriz,